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Los gastos hormiga: el enemigo silencioso de tus finanzas

  • Foto del escritor: Editorial puntanegra
    Editorial puntanegra
  • 4 ago
  • 2 Min. de lectura

POR AMAURI GONZÁLEZ GIL

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Vasos de café que todos los días van a la basura de inmediato.


Los famosos “gastos hormiga” son aquellos pequeños desembolsos aparentemente insignificantes que realizamos casi sin darnos cuenta en nuestra rutina diaria. Hablamos del café de cada mañana, los snacks, el tabaco, los refrescos, botellas desechables de agua, jugos, las comisiones bancarias, los “mandaditos” innecesarios, las pizzas de antojo o la comida chatarra, modas rápidas, entre otras. Aunque en el momento parecen gastos menores, acumulados a lo largo del tiempo pueden representar una pérdida considerable de dinero que disminuye notablemente nuestra capacidad de ahorro.


¿Te has preguntado cuánto cuesta realmente tomar un café, unas galletas, donas o algún postre todos los días?


Aunque parezca irrelevante, este tipo de consumos pueden costarte decenas de miles de pesos al año. Por ejemplo, si un café cuesta entre $30 y $60 pesos y lo compras diariamente, podrías estar gastando entre $10,950 y $21,900 pesos al año, sin contar los postres que muchas veces lo acompañan. En otras palabras, es una buena cantidad de dinero que se va sin que lo notes.


La falta de educación financiera en buena parte de la población —particularmente en quienes están laboralmente activos— hace que los "gastos hormiga" se vuelvan una práctica habitual. En muchos casos, las personas no identifican estos gastos ni son conscientes del impacto que tienen en su economía personal. Sin embargo, al sumarlos mes con mes, la cifra puede ser alarmante.


Estos gastos son un obstáculo real para el ahorro y, en muchos casos, pueden convertirse en un enemigo constante. Por eso, si tu meta es tener un ahorro sólido a corto, mediano o largo plazo, controlar tu presupuesto es fundamental. No se trata solo de evitar gastar por gastar, sino de resistir la presión de estilos de vida que promueven el consumo innecesario.


Muchas personas caen en la trampa de los gastos por estatus o por comodidad: pagan membresías de gimnasio a las que apenas asisten, contratan servicios de streaming o aplicaciones que apenas usan, o gastan de más en servicios de entrega a domicilio que podrían evitarse con una caminata de unos minutos.

Cada contexto social y cultural tiene sus propios gastos hormiga, pero todos comparten una misma característica: erosionan lentamente tu salud financiera. Tomar conciencia de ellos es el primer paso para recuperar el control de tu economía.


Mejor evita al máximo ese tipo de gastos y ahorra para tu futuro. Quizá me estoy quedando corto en los pocos ejemplos de “gastos hormigas” que cité en este comentario, seguramente hay muchos más, en cada cultura y en cada contexto seguramente existen aún más por los distintos ritmos sociales y estilos de vida.


Este modesto artículo es con fines educativos.

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